Casas en ruinas con aura de muerte.
Frías como la noche, enervantes como espectro.
Días oscuros como el agua de los lagos,
luz tenue que se difumina entre las gruesas nubes
y la espesa niebla.
Locura y perversión erizan mis bellos.
La maldad que se huele en el aire.
Ruinas corroídas como si tocadas por la muerte.
Miedo y desaparición en las esquinas, como si
el diablo mismo residiera en la oscuridad.
Gritos y sonidos, presencias que nos llaman
y al mismo tiempo nos espantan.
La muerte y la miseria, el sufrimiento y la
desesperación remarcadas en las pálidas caras
de espectros que se apresuran a tu encuentro.
Como si se alimentaran de tu miedo, de tu cordura.
Ojos amarillos como lunas endemoniadas, sin
parpadear se vuelven abismos, puertas a la
oscuridad infinita, llenos de odio y rencor mucho
más allá de la capacidad humana.
Pandillas de cuerpos sin almas, demonios con rostro
de gente. Ira y maldad en la voz y en el andar.
Cómo luchar sin caer en pecado?
Angustia y desesperación frente a odio tan grande.
Sin haberlo provocado, en las noches moradas, con
luces naranjas color infierno. Piedras y cuchillos
muerte a todos aquellos que tanto amas.
Cómo pelear sin sentir ese odio? Cómo no matar?
Cómo no llorar y correr en miedo, deseando morir.
Escapar ese infierno tan real que te carcome por dentro.
Como correr de las bestias? Veloces como la
muerte con pelaje negro, violentamente fuertes
con la capacidad de desgarrar el alma con su mirada,
con sus fauces.
La noche no se acaba, tan morada y oscura, como si
reteniendo el sol en su oscuridad. Atrapando su luz,
sin dejarlo salir.
Y aun cuando un poco de sol se aproxima por el horizonte,
los demonios te persiguen. En tu intento de escapar del
mismo infierno, donde las almas mas fuertes se alimentan
de las débiles. Una tras otra hasta caer en total oscuridad.
Sin poder distinguir humano de demonio, hasta que se
tornan todos en bestias del infierno.
Espectros de un blanco fantasmal, flotando en el aire
como en un líquido asqueroso. Llamándote con su
impureza, absorbiendo de ti cada gota de vida.
Su destrucción es mas fuerte y mayor cuando se
disuelven en las paredes de esos lugares que tanto amas.
Cuando se adueñan de sus colores, de sus luces, de su aroma.
Cuando retumban tu hogar, hielan tus habitaciones, sacuden
tus paredes y llenan de oscuridad tu guarida.
Cuando te espantan de tu cama tratando de quedarse
con todos aquellos que amas y quieres proteger.
Cuando se ríen de ti sabiendo que no eres nada,
que no puedes proteger nada. Que siendo tú, gran pecador,
te refugias en la oración, esperando que Dios te salve.
Que el sol salga y se lleve junto con la oscuridad a todos
los demonios que te rodean.
Aguas negras como la noche, rugiendo olas de muerte.
Saliendo al encuentro de nosotros humanos, en su verdor
podrido. Como una pared de oscuridad que se acerca, cada
vez mas grande, como una garra a punto de acabar con
nuestras vidas.
Laberintos suicidas, sin escaleras ni estabilidad. Como
casas destruidas sin salida mas que a la muerte. Atrapado
en una jaula de sufrimiento esperando ayuda sin que llegue
alguna. Ruinas antiguas, como de civilizaciones ya extintas.
Con pasajes y trampas en adobe y barro, con piedras y
pasajes claustrofóbicos. Caminos que te llevan sin poder
regresar, sin mirar atrás.
Amazonías infestadas de criaturas, reptiles gigantes,
serpientes enormes regadas en pantano. Bestias marinas
rodeándote, haciéndote sentir un diminuto insecto.
Caminos imposibles, bordes abismales que parecen no
tener fin. Carreteras casi verticales, puentes corroídos,
calles llenas de mugre y desorden.
Ruinas modernas de batallas imposibles. Máquinas
inparables cazando personas. Hombres que ya no son
hombres, mas bien demonios. Criaturas voladoras rápidas
como el viento asechandote día y noche, buscando
deborar lo mas ínfimo de tus huesos.
Bestias gigantes hurgando entre escombros, jugando
con personas como si jugando con ratones.
Trenes descarrilados, enemigos que no tienen fin,
seres malditos envenenando todo lo que les rodea.
Y el sol escondido, en un techo gris que esta a punto
de llorar.
Mascaras blancas, antorchas en la noche de miseria.
Capuchas que esconden seres sin alma, arrastrando
espadas de miedo y cadenas de locura.
Brujas y fantasmas, lobos y serpientes. Ratas y perros
negros.
Luces en el cielo, imágenes en las nubes.
Naves que caen por centenas, sin avisar en absoluto.
Miles de luces que se acercan a la tierra.
Noche de muertos y lo inesperado.
Descenso de seres de los cuales no sabemos nada.
Bien y mal sin poder distinguir. Bajan a nuestro encuentro.
El miedo a lo tan familiar que aún sigue con vida en otra
vida.
Y aun así, luego de haber enfrentado todos los miedos,
demonios y pesadillas. Aun algo arde dentro de mí.
Por más que lo quiera ignorar se enciende como un fuego,
alimentándose de vida para elevarse hasta los cielos y
hacer lo imposible. Aun cuando mi cuerpo y mi alma sean
derrotados, mi espíritu vive en todo lo que amo, y eso no
lo pueden derrotar.
"Tu mas grande rival siempre seras tú mismo."
Frías como la noche, enervantes como espectro.
Días oscuros como el agua de los lagos,
luz tenue que se difumina entre las gruesas nubes
y la espesa niebla.
Locura y perversión erizan mis bellos.
La maldad que se huele en el aire.
Ruinas corroídas como si tocadas por la muerte.
Miedo y desaparición en las esquinas, como si
el diablo mismo residiera en la oscuridad.
Gritos y sonidos, presencias que nos llaman
y al mismo tiempo nos espantan.
La muerte y la miseria, el sufrimiento y la
desesperación remarcadas en las pálidas caras
de espectros que se apresuran a tu encuentro.
Como si se alimentaran de tu miedo, de tu cordura.
Ojos amarillos como lunas endemoniadas, sin
parpadear se vuelven abismos, puertas a la
oscuridad infinita, llenos de odio y rencor mucho
más allá de la capacidad humana.
Pandillas de cuerpos sin almas, demonios con rostro
de gente. Ira y maldad en la voz y en el andar.
Cómo luchar sin caer en pecado?
Angustia y desesperación frente a odio tan grande.
Sin haberlo provocado, en las noches moradas, con
luces naranjas color infierno. Piedras y cuchillos
muerte a todos aquellos que tanto amas.
Cómo pelear sin sentir ese odio? Cómo no matar?
Cómo no llorar y correr en miedo, deseando morir.
Escapar ese infierno tan real que te carcome por dentro.
Como correr de las bestias? Veloces como la
muerte con pelaje negro, violentamente fuertes
con la capacidad de desgarrar el alma con su mirada,
con sus fauces.
La noche no se acaba, tan morada y oscura, como si
reteniendo el sol en su oscuridad. Atrapando su luz,
sin dejarlo salir.
Y aun cuando un poco de sol se aproxima por el horizonte,
los demonios te persiguen. En tu intento de escapar del
mismo infierno, donde las almas mas fuertes se alimentan
de las débiles. Una tras otra hasta caer en total oscuridad.
Sin poder distinguir humano de demonio, hasta que se
tornan todos en bestias del infierno.
Espectros de un blanco fantasmal, flotando en el aire
como en un líquido asqueroso. Llamándote con su
impureza, absorbiendo de ti cada gota de vida.
Su destrucción es mas fuerte y mayor cuando se
disuelven en las paredes de esos lugares que tanto amas.
Cuando se adueñan de sus colores, de sus luces, de su aroma.
Cuando retumban tu hogar, hielan tus habitaciones, sacuden
tus paredes y llenan de oscuridad tu guarida.
Cuando te espantan de tu cama tratando de quedarse
con todos aquellos que amas y quieres proteger.
Cuando se ríen de ti sabiendo que no eres nada,
que no puedes proteger nada. Que siendo tú, gran pecador,
te refugias en la oración, esperando que Dios te salve.
Que el sol salga y se lleve junto con la oscuridad a todos
los demonios que te rodean.
Aguas negras como la noche, rugiendo olas de muerte.
Saliendo al encuentro de nosotros humanos, en su verdor
podrido. Como una pared de oscuridad que se acerca, cada
vez mas grande, como una garra a punto de acabar con
nuestras vidas.
Laberintos suicidas, sin escaleras ni estabilidad. Como
casas destruidas sin salida mas que a la muerte. Atrapado
en una jaula de sufrimiento esperando ayuda sin que llegue
alguna. Ruinas antiguas, como de civilizaciones ya extintas.
Con pasajes y trampas en adobe y barro, con piedras y
pasajes claustrofóbicos. Caminos que te llevan sin poder
regresar, sin mirar atrás.
Amazonías infestadas de criaturas, reptiles gigantes,
serpientes enormes regadas en pantano. Bestias marinas
rodeándote, haciéndote sentir un diminuto insecto.
Caminos imposibles, bordes abismales que parecen no
tener fin. Carreteras casi verticales, puentes corroídos,
calles llenas de mugre y desorden.
Ruinas modernas de batallas imposibles. Máquinas
inparables cazando personas. Hombres que ya no son
hombres, mas bien demonios. Criaturas voladoras rápidas
como el viento asechandote día y noche, buscando
deborar lo mas ínfimo de tus huesos.
Bestias gigantes hurgando entre escombros, jugando
con personas como si jugando con ratones.
Trenes descarrilados, enemigos que no tienen fin,
seres malditos envenenando todo lo que les rodea.
Y el sol escondido, en un techo gris que esta a punto
de llorar.
Mascaras blancas, antorchas en la noche de miseria.
Capuchas que esconden seres sin alma, arrastrando
espadas de miedo y cadenas de locura.
Brujas y fantasmas, lobos y serpientes. Ratas y perros
negros.
Luces en el cielo, imágenes en las nubes.
Naves que caen por centenas, sin avisar en absoluto.
Miles de luces que se acercan a la tierra.
Noche de muertos y lo inesperado.
Descenso de seres de los cuales no sabemos nada.
Bien y mal sin poder distinguir. Bajan a nuestro encuentro.
El miedo a lo tan familiar que aún sigue con vida en otra
vida.
Y aun así, luego de haber enfrentado todos los miedos,
demonios y pesadillas. Aun algo arde dentro de mí.
Por más que lo quiera ignorar se enciende como un fuego,
alimentándose de vida para elevarse hasta los cielos y
hacer lo imposible. Aun cuando mi cuerpo y mi alma sean
derrotados, mi espíritu vive en todo lo que amo, y eso no
lo pueden derrotar.
"Tu mas grande rival siempre seras tú mismo."
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