martes, 23 de febrero de 2010

"Un Compás con miedo al Norte"


Desde que llegué al igual que todos camino como un ciego aprendiéndose el camino.
Palpando las experiencias, empapándome en sabiduría.
Probé el trago amargo de la maldad y me atoré con el concho del desamor.
Floté con los aires de orgullo, y cuando pincharon mis pulmones caí veloz en vergüenza.
Que diría la gente mas que esta es otra vida más, otra vela existencial derritiéndose en el calor de su vida.

Pero no es así, al menos no cuando prestas atención.

No es así en mi vida, pues ciego no nací, sino tuerto.
Mi camino me muestra cosas que no puedo palpar pero aun así las veo,
creando en mi mente dudas e intrigas que los demás ciegos no comparten conmigo.
Ser tuerto no es fácil, pero puedo ver...
Viendo aquello que quiero conjunto con lo que no quiero.
Tuve miedo y decidí hacerme el ciego, pero no puedo.
Dios me dio luz... y me hizo antorcha.

Ahora soy fuego que alumbra a los tuertos y a aquellos pocos que pueden ver.
Ahora cual llama brindo calor en nuestros caminos de fría oscuridad.
YO, un tuerto, guiando a los vivos que caminan entre los muertos.
Aunque no entiendo, son los pasos marcados en mi vereda.
Son los pasos que marco Dios firmando en el asfalto con su dedo sagrado cual infante.

Lo mas irónico de esta aventura es que sé que es lo que viene,
lo que pasará, lo que vendrá después.
Pero lo que no sé es como se llega allí.

Usa mis ojos por un momento, e imagina:
sabes que va a pasar, y hasta tal vez sabes cuando...
mas lo que te aterra y te frena en esta visión es el como y por qué.
Ahora devuelveme mis ojos, y comparte mi miedo mientras yo comparto mi valor.
No tengo mas que compartir si no estas dispuesto(a) creer.
Ahora con tus ojos cerrados, sigue el rugido de mi alma!

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