Me ha pasado más de una
vez que me siento solo.
Aun cuando estoy rodeado de
gente, me siento solo.
Es cuando en realidad me pongo
a pensar en quienes realmente
influyen en mi vida.
Cuál es la familia que en verdad
siento como familia, cuales son
los amigos que en verdad siempre
fueron mis amigos.
Lo interesante es ver, que aunque
no todos los que pasan por tu vida
son ni uno ni lo otro,
aquellos que sí lo son te dan
motivo y fuerza más allá de
lo que uno necesita para
alcanzar lo imposible.
Ponte a contar y a meditar
en cuantos y quienes son
las personas que nunca pidieron
nada de ti, y siempre estuvieron allí.
No te asustes si en algunos casos
los dedos de las manos te quedan
grandes.
Es mejor tener 5 diamantes en
la mochila a tener 5 mil piedras
en la espalda.
20 aguamarinas, 15 esmeraldas, 12 perlas,
8 zafiros, 5 rubíes, 2 diamantes.
Un puñado de piedras preciosas
a una montaña de escombros.
De la misma forma atesoro a mis amigos,
a mi familia.
Fíjate quienes brillan con más
hermosura, quienes son los que
te hacen brillar.
Fíjate en sus matices y su translucidez.
En como la luz, a través de ellos, le da
colores a tu vida.
Atesora esas amistades, esos lazos
de sangre, pues son irrompibles e
incorrompibles; y sobre esas piedras
construye tu vida como una torre
que llegue hasta el cielo.
"No esperen a que aquellos que aman mueran para llevarles flores.
¡Dénselas ahora que están VIVOS!"
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